En la playa había por ahí voluntarios, o voluntuarios como dicen ellos, que andaban por la playa buscando recién eclosionados, armados con una redesita, sombrero y un resorterón (onda). La red era obviamente para llevarse de a puño a los reptilcitos, y la resortera para darle a los zopilotes (buitre mexicano), gaviotas, perros y demás depredadores de huevos y de tortuguitas.
No habían terminado de contarnos como encontraban los nidos, cuando Ale ya estaba escarbando! Llevándolos en las manos, y como podían, terminaron las chicas pidiéndole la red a Susana, nuestra encantadora voluntuaria- guía.
Fue una experiencia única. Saber que estaban ahí estos animales antes de que existiera la humanidad, y que estando en peligro de extinción, el hombre en su egoísmo siguió consumiendo huevos por sus proteína y su poder afrodisiaco y tantas pendejadas, por lo menos hay gente que sin necesitar de estudios o de ser "educados" e el sentido occidental, han reconocido el valor que tiene cuidar su medio ambiente y sus recursos naturales! Hurra por ellos!
